"EL LÍDER" COMANDANTE KUNKEL fue uno delos protagonistas de estos asesinatos y hoy integra elPoder Legislativo
Para ex oficial montonero la Operación Primicia fue un error: "No supimos entender al pueblo"
Rafael María Menéndez y el ex soldado Ricardo Valdéz presentaron en Formosa el libro que relata el ataque que precipitó el Golpe de Estado de 1976
El ataque de Montoneros al cuartel de Formosa sigue siendo una herida abierta para los formoseños, que supura recuerdos, pasiones, interrogantes y diversas estrategias para derrotar tanto dolor y tanto olvido, como quedó demostrado durante la presentación del libro Operación Primicia, que rebalsó el molde de este tipo de eventos: no hubo público en el sentido estricto del término; no podía haberlo porque cada uno de los asistentes al auditorio del diario La Mañana se sentía protagonista de los hechos y muchos de ellos, además, querían tomar el micrófono y contarlo.
Otros se mantuvieron en silencio, soltando algunas lágrimas de tanto en tanto, como María, la madre del soldado Marcelino Torales, uno de los muertos aquel domingo 5 de octubre de 1975, y sus hijas; Dora, la esposa del sargento Víctor Sanabria, otra de las víctimas fatales, y sus hijos; Mariana, la hermana de Edmundo Sosa, otro de los conscriptos muertos, y los parientes de Hermindo Sosa, un “criollo” de Las Lomitas que cayó luego de un grito que ya pasó a la historia: “¡Acá no se rinde nadie, mierda!”.
La gente llenó el auditorio y hubo muchísimos que se quedaron parados, entre ellos el ex gobernador peronista Vicente Joga; el diputado radical Ricardo Buryaille, y el senador Luis Naidenoff, también de la UCR. También estuvo la senadora Adriana Bortolozzi, peronista disidente. Del gobierno provincial, que desde 1995 es encabezado por el peronista ultrakirchnerista Gildo Insfrán, hubo inasistencia perfecta: no fue nadie. Bortolozzi y Buryaille explicaron la marcha de sus proyectos de ley para otorgar a los parientes de los muertos que defendieron el cuartel la misma indemnización que ya cobraron los herederos de los guerrilleros caídos en ese combate, que en marzo ascendía a 620.919 pesos. Naidenoff dijo que él adhiere a esas iniciativas. Por lo que señalaron, es posible que haya ley en 2011: calculan que a los legisladores oficialistas les será difícil negar sus votos en un año electoral.
Todo eso ocurrió en la calurosa noche del sábado; antes de que la presentación del libro se transformara en una asamblea de emociones que parecía estar regida por un guionista invisible, habló la mesa, como se estila, que estuvo formada por el librero y editor Braulio Sandoval; el historiador Julio Ortiz; el ex soldado Ricardo Valdéz; el ex “oficial” montonero Rafael María Menéndez, ingeniero y ex ministro de Acción Social
El ex soldado Valdéz tuvo palabras medidas, a tono, en general, con las manifestaciones de otros ex soldados, como Antolín Brítez, que cumplió el servicio militar obligatorio en la Enfermería. “Todo esto me sigue doliendo, pero lo que pasó, pasó. No tiene que haber rencor, más allá de los reclamos que hacemos para que los padres de los conscriptos muertos reciban un beneficio digno y para que también nosotros, los que estamos vivos, seamos atendidos”, dijo Brítez.
A Menéndez, uno de los dos oficiales que Montoneros tuvo en Formosa, el libro “me gustó mucho, pero creo que falta explicar mejor el contexto de lucha de doscientos años entre la liberación y la dependencia. Nosotros luchábamos por la liberación del país. Yo creo que la guerra de guerrillas fue parte importante de esa lucha. Pero creo también que el ataque al regimiento fue un grave error; en aquel momento, yo me puse contento, como otros compañeros, pero luego fuimos comprendiendo que había sido un error. Es que nosotros éramos casi todos de clase media o de clase media para arriba y no supimos entender al pueblo”. Menéndez contó que él estuvo preso durante ocho años y medio y que “luego, yo cobré, como todos los habíamos sido presos. Cobré durante el gobierno de Carlos Menem; unos cien mil pesos, que eran pesos dólares. Creo que hubo falta de solidaridad de todos nosotros porque debíamos haber exigido que les pagaran también a los familiares de los soldados”.
Rafael María Menéndez y el ex soldado Ricardo Valdéz presentaron en Formosa el libro que relata el ataque que precipitó el Golpe de Estado de 1976
El ataque de Montoneros al cuartel de Formosa sigue siendo una herida abierta para los formoseños, que supura recuerdos, pasiones, interrogantes y diversas estrategias para derrotar tanto dolor y tanto olvido, como quedó demostrado durante la presentación del libro Operación Primicia, que rebalsó el molde de este tipo de eventos: no hubo público en el sentido estricto del término; no podía haberlo porque cada uno de los asistentes al auditorio del diario La Mañana se sentía protagonista de los hechos y muchos de ellos, además, querían tomar el micrófono y contarlo.
Otros se mantuvieron en silencio, soltando algunas lágrimas de tanto en tanto, como María, la madre del soldado Marcelino Torales, uno de los muertos aquel domingo 5 de octubre de 1975, y sus hijas; Dora, la esposa del sargento Víctor Sanabria, otra de las víctimas fatales, y sus hijos; Mariana, la hermana de Edmundo Sosa, otro de los conscriptos muertos, y los parientes de Hermindo Sosa, un “criollo” de Las Lomitas que cayó luego de un grito que ya pasó a la historia: “¡Acá no se rinde nadie, mierda!”.
La gente llenó el auditorio y hubo muchísimos que se quedaron parados, entre ellos el ex gobernador peronista Vicente Joga; el diputado radical Ricardo Buryaille, y el senador Luis Naidenoff, también de la UCR. También estuvo la senadora Adriana Bortolozzi, peronista disidente. Del gobierno provincial, que desde 1995 es encabezado por el peronista ultrakirchnerista Gildo Insfrán, hubo inasistencia perfecta: no fue nadie. Bortolozzi y Buryaille explicaron la marcha de sus proyectos de ley para otorgar a los parientes de los muertos que defendieron el cuartel la misma indemnización que ya cobraron los herederos de los guerrilleros caídos en ese combate, que en marzo ascendía a 620.919 pesos. Naidenoff dijo que él adhiere a esas iniciativas. Por lo que señalaron, es posible que haya ley en 2011: calculan que a los legisladores oficialistas les será difícil negar sus votos en un año electoral.
Todo eso ocurrió en la calurosa noche del sábado; antes de que la presentación del libro se transformara en una asamblea de emociones que parecía estar regida por un guionista invisible, habló la mesa, como se estila, que estuvo formada por el librero y editor Braulio Sandoval; el historiador Julio Ortiz; el ex soldado Ricardo Valdéz; el ex “oficial” montonero Rafael María Menéndez, ingeniero y ex ministro de Acción Social
El ex soldado Valdéz tuvo palabras medidas, a tono, en general, con las manifestaciones de otros ex soldados, como Antolín Brítez, que cumplió el servicio militar obligatorio en la Enfermería. “Todo esto me sigue doliendo, pero lo que pasó, pasó. No tiene que haber rencor, más allá de los reclamos que hacemos para que los padres de los conscriptos muertos reciban un beneficio digno y para que también nosotros, los que estamos vivos, seamos atendidos”, dijo Brítez.
A Menéndez, uno de los dos oficiales que Montoneros tuvo en Formosa, el libro “me gustó mucho, pero creo que falta explicar mejor el contexto de lucha de doscientos años entre la liberación y la dependencia. Nosotros luchábamos por la liberación del país. Yo creo que la guerra de guerrillas fue parte importante de esa lucha. Pero creo también que el ataque al regimiento fue un grave error; en aquel momento, yo me puse contento, como otros compañeros, pero luego fuimos comprendiendo que había sido un error. Es que nosotros éramos casi todos de clase media o de clase media para arriba y no supimos entender al pueblo”. Menéndez contó que él estuvo preso durante ocho años y medio y que “luego, yo cobré, como todos los habíamos sido presos. Cobré durante el gobierno de Carlos Menem; unos cien mil pesos, que eran pesos dólares. Creo que hubo falta de solidaridad de todos nosotros porque debíamos haber exigido que les pagaran también a los familiares de los soldados”.
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