SOLIDARIDAD CON PUNTA QUERANDI
Desde el mes de febrero, integrantes de pueblos originarios, vecinos, pobladores rurales y ambientalistas, vienen realizando un acampe en el lugar conocido como Punta Canal, en el kilométro 4 del antiguo camino del tren, ramal clausurado en 1967, en la localidad de Dique Luján, norte de Tigre y a 50 kilómetros de la Capital Federal. Recordando a los antiguos pobladores de la zona, se renombró ese lugar como “Punta Querandí” y se viene resistiendo a las pretensiones de la empresa EIDICO (Emprendimientos Inmobiliarios de Interés Común), ligada al Opus Dei y a funcionarios del gobierno de Tigre. Ese lugar tiene una historia y constituye un sitio sagrado de los pueblos originarios, ya que existen importantes “restos arqueológicos” que comprueban que funcionaba allí un cementerio indígena, con el valor histórico que ello representa. Según los arqueólogos son de 500 años antes de la Conquista, o sea año 1000. A pesar de esto, de que el lugar se convirtió en un recreo popular, en el que cualquier persona puede llegar y disfrutar del predio, se ha vendido a un precio vil (la gran finado Néstor)y su destino es pasar a engrosar la lista de countries privados tan en boga en estos momentos. Cómo se entiende que si en el Bicentenario reconocemos tanto todos los sucesos históricos que tuvieron lugar en nuestro país, porqué no se reconoce lo que sería una verdadera reparación histórica para con el pueblo querandí, que desarrolló su cultura en ese sitio y cuyo reconocimiento significaría revalorizar las raíces de nuestros orígenes y contar a pocos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, con un espacio de tanta simbología e interés histórico.
Envío mi adhesión y apoyo a esta resistencia que se viene realizando, firme y sistemáticamente y espero que las autoridades sepan reconocer cuando en una decisión debe primar el interés de toda la población sobre el beneficio para unos pocos. Ojalá que nuestros ancestros querandíes puedan mantener su espíritu presente a través de este espacio, y que toda la población pueda valorar su histórica presencia.
Reciban un saludo de Paz y Bien.
Adolfo Pérez Esquivel Premio Nobel de la Paz
Gracias ADOLFO